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Un diagnóstico VIH positivo no implica que usuarios no puedan llevar estilos de vida saludables

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Aunque en la actualidad el VIH ya no es sinónimo de muerte muchas personas con la condición de salud siguen sintiéndose frustradas cuando se les entrega un diagnóstico reactivo, sin embargo es importante saber que con un cambio en sus hábitos pueden  tomar el control y vivir una vida sana y activa.

El cambio hacia una dieta que incluya alimentos más sanos y balanceados es fundamental. Un organismo bien nutrido tendrá muchas mayores ventajas para manejar el VIH y combatir infecciones. 
Incluir frutas y verduras cada día en su dieta contribuirá positivamente, la asesoría nutricional especializada dependiendo de sus posibilidades y las particularidades de su organismo pueden apoyarle para establecer un plan dietético que le favorezca.

Aunque en el contexto de la pandemia el concepto de prácticas de sexo seguro se han ampliado para prevenir también la infección por COVID-19, adoptar prácticas sexuales seguras es fundamental para no exponerse a nuevas infecciones de transmisión sexual (ITS). Lo primero sería entender las vías de infección para prevenirlas y reducir los riesgos. Utilizar siempre un preservativo y asegurarse de colocarlo de forma correcta.

Realice pruebas de ITS al menos cada tres meses, algunas infecciones de transmisión sexual pueden incidir negativamente en el estado de salud de una persona con VIH.

Dejar de fumar y evitar el consumo de drogas y el abuso de alcohol es beneficioso para cualquier organismo. Dejar la dependencia a este tipo de sustancias psicoactivas le ayudará a sentirse mejor y vivir una vida más sana y reducirá en gran medida el riesgo de tener problemas serios como cardiopatías, cáncer y derrame cerebral u otros.

No tema ocuparse de su salud física y emocional. Para cada persona vivir con VIH es una experiencia diferente. En algunos casos se puede experimentar, depresión ansiedad o estrés. Estos pueden repercutir en el dolor físico relacionado con el VIH. Mantener el estrés, la depresión y el dolor bajo control puede ayudar a mejorar su salud física y emocional. 

El ejercicio físico regular, como caminar, andar en bicicleta, correr o nadar, le ayuda a mantenerse en forma y a reducir el estrés y la depresión. El ejercicio físico también es bueno para el sistema inmunológico. Por la noche, duerma suficientes horas para que el cuerpo se recupere. El ejercicio mental, como hacer crucigramas o jugar juegos de mente a diario, ayuda a mejorar la memoria y concentración, las prácticas de meditación también son una estrategia útil para trabajar la resiliencia.

Fotografía: Amy Church/Tearfund